miércoles, 21 de enero de 2009

Por fin llegó el 20 de enero de 2009

Por fin ha llegado el día en que Barack Obama toma posesión de su cargo de forma oficial. Hoy se cumple al 100% el sueño de miles de afroamericanos que querían ver a uno de ellos en la cima del poder estadounidense. Hoy las minorías son los blancos.

Más de dos millones de personas han asistido al acto, hecho que ha creado un colapso en los transportes y el aumento de las medidas de seguridad. Según Anna Bosch, corresponsal de Televisión Española en Washington, la ceremonia de la investidura ha causado una expectación sin precedentes. De Washington nos vamos a Nueva York, donde la corresponsal Gemma Garcia explica mediante un reportaje que los estadounidenses han decidido pasar el color de Obama por alto, puesto que lo que realmente importa en estos días de crisis es el color verde. ¿Verde? Efectivamente, el color del dólar.

En este día todo está calculado: con quién se entra en la Casa Blanca y en qué orden. Bush vive un momento agridulce, pues dice adiós a su trono. El relevo ya ha llegado. Ahora los Obama se encargarán de intentar solucionar problemas como la crisis económica o la dependencia energética. Los Bush y los Obama se saludan afectuosamente. No basta con un apretón de manos. Barack y Michelle Obama se muestran cariñosos y abrazan a los Bush. Michelle lleva un regalo para Laura Bush, la cual disimula peor que su marido el no querer abandonar la Casa Blanca.

Son las 17.58 y el vicepresidente Joe Biden procede a jurar su cargo. Biden jura solemnemente "apoyar y defender la Constitución de Estados Unidos contra todos los enemigos, foráneos o domésticos...". El juramento dura poco más de un minuto, pero es suficiente para que el público asistente se deshaga en aplausos entusiastas y ovaciones.

A continuación, la cantante de soul y gospel Aretha Franklin lleva a cabo su actuación. La bandera americana ondea y se funde con el sol. Todo apunta ciertamente a un cambio, a la esperanza, a los valores personificados en Obama. Las caras de los estadounidenses son sonrientes, llenas de ilusión y de lágrimas contenidas. No hay distinción. Blancos, negros e hispanos se encuentran en el mismo estado, tienen la misma expresión. Y es que Barack Obama ya anunció que sería el Presidente de TODOS los estadounidenses.

A las 18.06 horas Barack Obama jura su cargo bajo la atenta mirada de Michelle. Decir que a la nueva Primera Dama se le cae la baba es quedarse corta. Su mirada es una mezcla de orgullo, amor, ternura e ilusión de cara a unos tiempos de cambio. Los nervios juegan una mala pasada a Obama y se le olvida una frase de su juramento. Son simplemente unos segundos de gloria, puesto que el juramento no llega ni al minuto (54 segundos).

Después de unos minutos, Obama procede a recitar su discurso. Empieza dando las gracias a Bush por sus servicios (creo que Obama es el único que se los agradece) y por su colaboración en la transición. A continuación, Obama ha anunciado los lastres de su país: “Se han perdido casas; se han eliminado empleos; se han cerrado empresas. Nuestra sanidad es muy cara; nuestras escuelas tienen demasiados fallos; y cada día trae nuevas pruebas de que nuestros usos de la energía fortalecen a nuestros adversarios y ponen en peligro el planeta”.

Obama no duda de que son problemáticas difíciles de solucionar, pero también afirma (en primera persona del plural): “Lo resolveremos”. El nuevo presidente llama a la acción: “Debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y empezar a trabajar para reconstruir Estados Unidos”. Obama afirma que entre todos van a construir puentes y carreteras, redes eléctricas y líneas digitales que potencien el comercio y la comunicación. También quiere aplicar las innovaciones tecnológicas a la sanidad y, así, reducir sus costes. La dependencia energética se reducirá aprovechando recursos naturales como el sol, la tierra o el viento. Obama tampoco se olvida de la educación y anuncia una transformación de las escuelas y universidades de manera que éstas satisfagan las necesidades de formación de los estudiantes.

El nuevo presidente no duda de que hay escépticos que no creen en sus grandes soluciones, pero también tiene una respuesta para ellos: “Ya sé que hay quienes ponen en duda la dimensión de mis ambiciones, quienes sugieren que nuestro sistema no puede soportar demasiados grandes planes. Tienen mala memoria. Porque se han olvidado de lo que ya ha hecho este país; de lo que los hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación se une a un propósito común y la necesidad al valor”.

Respecto a la política exterior, Obama apuesta por una cooperación pacífica entre naciones. Dejará paulatinamente a Irak en manos de su pueblo e instaurará la paz en Afganistán. Todas las naciones deben contribuir al retroceso del calentamiento global y a frenar la amenaza nuclear.

Por último, Obama se enorgullece de la diversidad racial y étnica existente en Estados Unidos. Tiende su mano al colectivo musulmán y lanza un mensaje claro a los musulmanes radicales: “A esos líderes de todo el mundo que pretenden sembrar el conflicto o culpar de los males de su sociedad a Occidente: sabed que vuestro pueblo os juzgará por lo que seáis capaces de construir, no por lo que destruyáis”. También lanza un mensaje esperanzador para los países pobres: “Nos comprometemos a trabajar a vuestro lado”.

Obama acaba su discurso apelando a la bendición de Dios sobre América y los aplausos de júbilo no se hacen esperar. Después de algo más de veinte minutos de discurso, del poema de Elisabeth Alexander y de la bendición del pastor evangelista negro Joseph Lowery (“Yes we can”), suena el himno de los Estados Unidos. Lentamente, los asistentes empiezan a abandonar el Capitolio.

Finalmente, los Bush vuelan hacia su rancho en Tejas mientras los Obama ya se pueden ir preparando para trasladarse a su nuevo hogar, la Casa Blanca.

Os dejo con el juramento de Obama
:

No hay comentarios: